sábado, 5 de marzo de 2011

Sostiene mi amigo

(Mauricio Wiesenthal, Libro de réquiems, Edhasa, Barcelona, 2004, 3ª reimpr. 2007)

Sostiene mi amigo, que por cierto no se llama Pereira ni siquiera es portugués, que sólo la lectura es antídoto adecuado contra las tribulaciones que producen los malos tiempos, como los que ahora toca vivir a tantos sin remedio. Pero entonces, le hago saber al instante, quien no haya leído nunca ni piense hacerlo jamás, y ello le ocurre siendo muy generoso a la mitad de la población, ¿deberá resignarse a perecer a manos del desasosiego? No lo creo, de verdad, prosigo con firmeza, pues estas personas carecerán siempre de la medida precisa para poder saber si dejaron o no de ganar con su práctica iletrada, de la que además en la mayoría de los casos no pueden responder.

 Es muy sencillo, sostiene mi amigo, si tu vida no te gusta, aunque no sepas si alguna vez lo llegó a hacer, si la crisis económica te ha dejado sin empleo, o acaso el empresario te lo ha quitado porque aquélla pasaba por allí, o inclusive si  has llegado a comprender que tus sueños del esplendor tienen en realidad los pies de barro, puedes encontrar un recambio de conveniencia en la literatura. En ella, y recorriéndola a tu antojo, podrás elegir entre el vino y las rosas, entre la mar y el viento o también entre el amor y la pesadilla. Y, si no te gusta la primera opción, te quedará siempre el recurso a muchas más, que todas las historia caben en los libros de historias. Más aún, podrás tomar fragmentos de unas y otras y combinarlos a voluntad y en caprichosa proporción hasta conseguir la historia perfecta. Aunque sea tan sólo para un rato, porque, superado el deleite momentáneo, siempre te quedarán más, a diferencia de lo que sucede en tu vida real, aunque a cambio nunca llegues a saber cuál de las dos es la verdadera, si la vida que crees vivir o la fingida.

 Bueno, bueno, no tuve más remedio que interrumpir la perorata, déjate de especulaciones y ponme un ejemplo de todo ello. ¿Qué libro tendría que abordar ahora para vivir mil vidas y no sólo la mía?, se me ocurrió preguntar. Pues, qué bien, fue su respuesta, el Libro de réquiems de Mauricio Wiesenthal, así como el cazador de nazis, aunque no sea él ni su hijo, una recopilación fascinante de famosos personajes (Mozart, Goethe, Nietzsche, Casanova y tantos otros), fetiches que han marcado la vida del autor y también la mía, sostiene mi amigo, que no se llama Pereira ni es portugués.

Manuel Carlos Palomeque

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