domingo, 29 de abril de 2012

La voz dormida al lado de la boca




 La voz dormida (2002) es la última y extraordinaria novela de la escritora extremeña Dulce Chacón, que desaparecía prematuramente poco después de haberla escrito. Es un apasionante relato sobre el miedo y el silencio que lo acompaña siempre como el botón al ojal (la novela está dedicada por cierto "a los que se vieron obligados a guardar silencio"), sobre la crueldad y el fanatismo religioso, sobre la represión y la tortura de que fueron víctimas durante la primera posguerra miles de mujeres de la prisión de Ventas en Madrid y, con ellas, todos los presos de la cárceles franquistas durante los años cuarenta, cuando la contienda bélica había concluido tiempo atrás solo en apariencia. Pero la novela es, al propio tiempo, un testimonio de la firmeza y la determinación de los vencidos, encarcelados o en el monte, de su dignidad y rebeldía, de su compromiso frente a la humillación y la derrota. Todo fluye a través de una prosa emocionante y verdadera, heroica por momentos, como acontece con la mejor literatura al servicio de las causas más nobles de la condición humana. "La voz dormida al lado de la boca. La voz que no quiso contar que todos habían muerto...". "Es ya noche cerrada. La pareja camina por la calle Atocha. Pepita mira a Jaime. Y Jaime no deja de mirarla. Llueve. Fue larga, aquella tormenta de verano" (final). La novela ha sido llevada al cine por Benito Zambrano (maravillosa su Solas, 1999), La voz dormida (2011), que ha conseguido desde luego una narración también eficaz y emotiva, pero desprovista de la hondura y del alcance simbólico de su fuente.

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