Despacho de Carlos Palomeque en la Oficina del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca
Manuel Carlos Palomeque
domingo, 28 de abril de 2013
sábado, 27 de abril de 2013
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Carlos Palomeque doctor "honoris causa" por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima (Perú), 23 de noviembre de 2012
En el Patio de los Maestros o de Derecho de la Casona de San Marcos, antes de la ceremonia de investidura |
Durante el discurso de agradecimiento del doctorando que versó sobre "La forja de dos universidades" |
Con el diploma y la medalla de doctor "honoris causa", después de la ceremonia de investidura |
Antigua capilla de Nuestra Señora de Loreto, Casona de San Marcos (siglo XVII), lugar de celebración de la ceremonia de investidura, al término de la misma |
martes, 18 de diciembre de 2012
Machu Picchu, Perú, 17 de noviembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Cuzco, Perú, 16 y 18 de noviembre de 2012
En la Plaza de Armas de Cuzco con la majestuosa Catedral a la izquierda y la muy hermosa iglesia de la Compañía de Jesús al fondo |
martes, 18 de septiembre de 2012
miércoles, 30 de mayo de 2012
Embriagarse con tinta. Presentación, booktrailer, crítica y entrevista
Cartel
Booktrailer
Crítica
Entrevista
Crítica
En la solapa de este libro afirma su autor, con un
gesto de pudor, no ser escritor, al mismo tiempo que confiesa su pasión por la
escritura, paradoja que el público ha de resolver mediante la lectura de los
setenta y ocho textos breves que conforman las páginas de este Embriagarse con tinta que acaba de salir
y que recoge una buena parte de las que durante los últimos diez años fueron
columnas publicadas en las páginas de este mismo periódico, más un relato final
—asomo,
quizá, de un Palomeque oculto— de género negro y escenario
bonaerense, en el que el azar mata mejor que la pistola. Por delante, el índice
va encabezado por una veintena de fragmentos de una suerte de memorias que van
del recuerdo infantil del mito futbolístico a la evocación de las amistades en
el locus amoenus serrano, a los que
siguen luego capítulos que ponen de manifiesto su debilidad por el cine, los
libros y la música clásica, así como su opinión, desde una esquina del
escenario, sobre asuntos relativos a la historia, la política, la sociedad y —cómo
no—la
universidad, con un último apartado de secuencias del Grand Tour de quien es también un viajero con mirada avisada.
En todo este recorrido brilla una escritura que sería cervantina si no fuera porque la ironía en ocasiones alcanza puntos de socarronería que el lector agradece porque marcan una prudente distancia que anula cualquier intención que pudiera parecer moralizante en quien no deja de ser un didacta, alejamiento que en todo caso entiendo como sabiduría de autor que tiene por averiguado que el público de hoy no está para ínfulas.
El ágil estilo, pues, con que está escrito y armado el libro hace que el lector se conduzca con voracidad (qué mejor elogio para un autor que ese tópico), a tal extremo que por ejemplo después de leer el texto titulado “Vienna y Johnny” este que firma no paró hasta volver a contemplar la película a que hace referencia, Johnny Guitar, porque la simple descripción de una escena impulsa a hacer una relectura del film con ojos distintos. Voracidad que no estorba para que el lector recule más de una vez sobre la misma página ante las reflexiones que Palomeque desgrana por aquí o por allí sobre lo uno y lo otro, meditaciones al cabo que agrandan el valor de lo que pasaba por ser un comentario, valga el ejemplo del que hace sobre el concepto del arrepentimiento en el texto titulado “Ingrid Bergman”.
Todo ello está hecho, como digo, en el espacio contenido del género de la columna, en el que el autor nada con la solvencia del buen conocedor de sus técnicas, donde la economía lingüística no es óbice para la brillantez estética, donde la contención argumental no impide el hallazgo verbal. Leídos ahora de corrido nos ofrecen una visión de los vientos que mueven a Palomeque a poner por escrito su pálpito del mundo y se convierten en una reflexión lúcida sobre el devenir de la cultura, del hombre en sociedad y de las vicisitudes de la vida.
José A. Sánchez Paso, La Gaceta Regional de Salamanca, Domingo a fondo, 27 de mayo de 2012En todo este recorrido brilla una escritura que sería cervantina si no fuera porque la ironía en ocasiones alcanza puntos de socarronería que el lector agradece porque marcan una prudente distancia que anula cualquier intención que pudiera parecer moralizante en quien no deja de ser un didacta, alejamiento que en todo caso entiendo como sabiduría de autor que tiene por averiguado que el público de hoy no está para ínfulas.
El ágil estilo, pues, con que está escrito y armado el libro hace que el lector se conduzca con voracidad (qué mejor elogio para un autor que ese tópico), a tal extremo que por ejemplo después de leer el texto titulado “Vienna y Johnny” este que firma no paró hasta volver a contemplar la película a que hace referencia, Johnny Guitar, porque la simple descripción de una escena impulsa a hacer una relectura del film con ojos distintos. Voracidad que no estorba para que el lector recule más de una vez sobre la misma página ante las reflexiones que Palomeque desgrana por aquí o por allí sobre lo uno y lo otro, meditaciones al cabo que agrandan el valor de lo que pasaba por ser un comentario, valga el ejemplo del que hace sobre el concepto del arrepentimiento en el texto titulado “Ingrid Bergman”.
Todo ello está hecho, como digo, en el espacio contenido del género de la columna, en el que el autor nada con la solvencia del buen conocedor de sus técnicas, donde la economía lingüística no es óbice para la brillantez estética, donde la contención argumental no impide el hallazgo verbal. Leídos ahora de corrido nos ofrecen una visión de los vientos que mueven a Palomeque a poner por escrito su pálpito del mundo y se convierten en una reflexión lúcida sobre el devenir de la cultura, del hombre en sociedad y de las vicisitudes de la vida.
Entrevista
Entrevista de Antonio Casillas, La Gaceta Regional de Salamanca,
27 de mayo de 2012.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)